La gestión de Arroyo intentó conseguir fondos para seguir con la obra del Centro Cívico del Oeste. Sin éxito, hubo promesas de realizar nuevas gestiones en 2017. Ante la resistencia del intendente de trasladar la sede de gobierno, el edificio ahora no tiene un destino definido.
La gestión del intendente Carlos Arroyo se comprometió a tratar de conseguir financiamiento para reanudar las obras de construcción de Centro Cívico del Oeste.
De todos modos aclaró que llegado el caso, utilizará el edificio con un destino diferente al previsto. Lo curioso es que ese eventual nuevo uso todavía no está definido.
En un informe presentado esta semana ante el Concejo Deliberante que lleva la firma del intendente Carlos Arroyo y del secretario de Obras y Planeamiento, Guillermo De Paz, el Ejecutivo reconoció haber realizado sin éxito algunas gestiones ante la Nación y la Provincia, para intentar de reactivar las obras que están paralizadas desde noviembre de 2015.
En ese texto, ambos funcionarios explicaron que en aquella fecha la UTE conformada por Tecma S.A y Constructora Calchaquí no siguieron adelante con los trabajos, tras haber cumplido con un 26,6% de la obra comprometida en el contrato.
Desde entonces no hubo nuevos avances, y el predio ubicado en Libertad y Tandil, quedó invadido por los pastizales.
En el lugar ahora existen dos losas de grandes dimensiones, para las cuales el actual gobierno no tiene previsto ningún uso concreto.
La explicación del Ejecutivo llegó al Concejo Deliberante luego de que concejales de la oposición reclamaran saber qué había sucedido con el proyecto.
Como respuesta se indicó que durante 2016 se “realizaron gestiones con el gobierno de la Provincia de Buenos Aires y el Ministerio de Obras Públicas de la Nación para conseguir financiamiento sin obtener hasta el momento resultado positivo”.
Arroyo y De Paz aclararon que en cambio sí consiguieron recursos para otras obras en “salud, hábitat, el microcentro y el paseo costero norte”.
Si bien la nota no lo dice, durante el año pasado la Provincia y la Nación le dedicaron a Mar del Plata sumas millonarias para pagar los gastos corrientes, entre ellos los sueldos, de un municipio que transcurrió el ejercicio con un presupuesto desfinanciado.
La nota oficial concluye con la promesa de que durante este año se seguirán haciendo gestiones para conseguir recursos que permitan retomar las obras “asignándole oportunamente su nuevo destino”.
“Va a ser muy difícil conseguir dinero para un proyecto que nuestros funcionarios ni siquiera saben explicar para qué es”, razonó en las últimas horas un concejal de la oposición al leer ese párrafo.
El edificio comenzó a ser construido durante la segunda mitad de la gestión del ex intendente Gustavo Pulti, con el propósito de crear allí un nuevo centro cívico, similar al que existe en la Vieja Usina del Puerto. En este caso la iniciativa era mucho más ambiciosa. La idea era la establecer en el lugar la nueva sede central del gobierno municipal y algunas de sus principales dependencias.
El proyecto tenía además el objetivo, definido por el Plan Estratégico, de alentar mejoras urbanísticas en los barrios del oeste.
En su momento la iniciativa fue votada en contra por el entonces concejal Carlos Arroyo, quien defendió que la sede central de la Municipalidad permaneciera en Luro e Yrigoyen, frente a “la plaza y la iglesia catedral”, respetando las normas del urbanismo de la colonia.
Al asumir como intendente, con apremios económicos cada vez más graves, Arroyo canceló la continuidad de la obra. No obstante, y en contra de lo declarado por el jefe comunal, en el presupuesto 2016 el Ente de Obras y Servicios Urbanos incluyó una partida de 49 millones de pesos para retomar los trabajos.
Así se buscó lograr que la Provincia o la Nación se hicieran cargo de alguna manera.
Lo cierto fue que con el intendente hablando en contra del proyecto y con un nivel de deuda y de déficit creciendo y generando otro tipo de necesidades, los recursos no aparecieron. Mientras tanto, lo que pretendía ser un Centro Cívico hoy sigue siendo un lugar completamente abandonado.